Hace tanto tiempo que el alma se niega a admitir la verdad
que a veces me exaspera ver lo que ocurre a mi alrededor. Ya nada tienes más
significado que el queremos darle. O el que quieren enseñarnos. ¿Dónde han
quedado los alientos indecisos, ese vacío en la mente cuando algo nos
sobrecoge? ¿Dónde, por favor, dónde quedó la belleza de algo por encima de la
estética? Nos acogemos a reglas que ni siquiera entendemos. Costumbres de
hermosas raíces que ignoramos y que simplemente seguimos como caballos cegados,
incapaces de volver la cabeza ni de ver a sus lados. La oscuridad, los tambores,
las velas, el fuego, el mar. ¿Acaso soy el único que escucha su ritmo en el
corazón, el único que siente más allá de la razón? No sé si existe la magia. No
sé si existe algo más allá de lo que podemos percibir. Pero lo que sí puedo
afirmar es que algo nos llena por encima de la familia, las amistades o el
amor. Siempre hay algo que nos hace ver más allá de las palabras y de los
movimientos. Paz, muerte, odio, culpa, perdón ¿podrían deberse, quizás y solo
quizás, a algo más que nuestro propio ego...?
Quizás estemos ya demasiado ciegos como para ver que siempre
hay belleza detrás de cada movimiento, cada palabra, cada susurro. Incluso el
cuadro más tétrico esconde en su interior el corazón desgarrado de una persona,
y la luz que reflejan sus lágrimas al caer. Pero somos demasiado orgullosos
como para admitirlo. Demasiado buenos. Demasiado "perfectos".
Llamadme loco. Tachadme de intratable. Pero el orgullo se
creó para destruir, no para mejorar. Ríos de sangre han sido abanderados y
justificados bajo este "noble derecho" del ser humano. Sin embargo no
nos confundamos, no, esta nunca ha sido la causa. Dinero, poder, información...
A veces incluso el amor ha sido tapado como un matiz bajo esta palabra. Honor.
Já, permitidme que me ría porque jamás una lágrima correrá por mi alma rota. El
honor, el orgullo siempre ha sido y será un pensamiento para mover a las masas
bajo el mando de aquel que busca sus propios fines sin importar los medios. El
problema llegó cuando los líderes acabaron creyéndoselo. Y, muy a mi pesar,
será lo que nos saque del ciclo de locura y egocentrismo en el que vivimos.
Sin embargo, bajo toda esta capa de, bueno, digamos que
fango, existe belleza. Ya que detrás de cada luz irradiada por una mirada
existe un sentimiento, una belleza, indescriptiblemente hermosa, nostálgica y
hasta melancólica. La verdadera carga llega cuando la encuentras, porque lo
mismo que aparece, desaparece destruida por todas las esperanzas y sueños que
movían a la misma. Ya que al fin y al cabo, esa es nuestra naturaleza... O al
menos eso creo.
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